2022-04-24 14:49:08 +05:30

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Hubo una vez un general que combatió junto con el Yaksha sin nombre.
Los soldados que lo acompañaban podían contarse con los dedos de una mano. Sin embargo, acabaron siendo derrotados por proteger a la gente.
Para asegurar que los civiles afligidos pudieran escapar con seguridad, y para mantener su honor a los ojos del Señor de Geo,
los soldados que lideraban el frente de batalla llevaban cascos y empuñaban lanzas para cargar contra el Abismo.
Entonces, el desastre cayó sobre la tierra del cristal, donde unos antiguos enemigos emergieron de todas partes.
El Yaksha obedeció las órdenes de Rex Lapis, dando comienzo a una sangrienta guerra contra las abominaciones del Abismo.
La lucha duró hasta que la última gota de sangre convergió con el campo de batalla y toda impureza fue purificada.
Junto con la retirada del Abismo, las arenas de cristal recuperaron su glorioso brillo.
Entonces, el cielo de la Sima volvió a estar despejado y deslumbrante, pero el Yaksha sin nombre había desaparecido sin dejar rastro.
Así pues, los generales y los soldados cuyos yelmos yacieron sobre el campo de batalla permanecerán allí sumidos en un sueño perpetuo.