2022-04-24 14:49:08 +05:30

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Plaintext

Un antiguo reloj de arena con una fina nieve fluyendo por dentro.
Ni el invierno más frío pudo congelar su flujo del tiempo.
“El frío que cae del cielo puede congelar el tiempo”.
Todo el mundo creía esto en la ciudad sepultada.
Cuando el guerrero consiguió trepar el muro de hielo, ya había caído la noche y los vientos aullaban.
Ni la luz del sol ni la de la luna podían atravesar fácilmente este viento blanco.
Ni la ventisca más gélida puede congelar el flujo del tiempo,
aunque la ciudad esté enterrada en la nieve,
e incluso el héroe más formidable será olvidado algún día.