2022-04-24 14:49:08 +05:30

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A los jugadores les gusta hacer alarde de su riqueza, aunque su dinero puede desaparecer de la noche a la mañana.
La Jugadora, por ejemplo, solía ponerse un enorme y exótico broche de flores en las orejas. Era ciertamente un adorno llamativo.
Pero lo que nadie era capaz de ver era el truco cuidadosamente escondido en el receptáculo de la flor.
La Jugadora solo sacaba el dado de detrás del broche en caso de emergencia.
Así, daba la vuelta al marcador intercambiando sus dados bajo la atenta mirada de todos los espectadores.