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Primera canción
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Dos aldeanos juegan al ajedrez terriblemente. A uno de ellos le falta habilidad; al otro, jugar estratégicamente.
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Un enmarañado lío en el tablero se produce. Observo con ignorancia, pues preocupación no me induce.
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Segunda canción
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En estas formaciones rocosas, crecen extrañas plantas; como bonsáis que no necesitan ni tres gotas de agua.
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Cor lapis, jade y arbustos de seda por doquier; son paisajes que los más ingenuos no llegan a entender.
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Tercera canción
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El Desfiladero Jueyun alberga un segundo cielo, un lugar que los mortales no pueden alcanzar.
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Cuanto más se busca, más parece ser cierto, pues aves y bestias desde allá se ven volar.
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Cuarta canción
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Blanca como la seda, fina como la sal, la arena es una exquisita antigüedad.
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Los ricos no la quieren en sus hogares, pero en el mío la dejo deambular.
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Quinta canción
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Oigo las olas chocar contra el acantilado. Allá me dormí pescando, pero el sueño y los peces me robaron.
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Ese Arconte Anemo es un desconsiderado. ¿Por qué hace que todo salga volando?
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Sexta canción
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La primavera florece en Chingtsé; la fragancia floral llena el aire. En momentos como este, ¡cuánto extraño a mis padres!
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Los carrizos crujen en la brisa otoñal. Los cosecho para hacerme ropa con una aguja y un dedal.
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Séptima canción
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El Rey Geo erigió esta montaña y creó aquella bahía junto al mar.
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También hizo imponentes acantilados, y calles con entretenimiento sin cesar.
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Octava canción
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Fresca es la sombra de los árboles en el calor del verano. El viento es mi sábana y las hojas, mi cama.
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¡Qué molestos los mosquitos! Mejor regreso a casa.
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Novena canción
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Di un paseo nocturno por la orilla del mar; me acaricié la barba pensativo y al cielo empecé a mirar.
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Las estrellas del universo forman un dosel, que retiene a la Luna y no la deja caer.
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Décima canción
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Me detuve por la noche en la Pendiente Feiyun. Había joyas de todo tipo: unas caras y otras, más aún.
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¿Pero por qué malgastar Mora en unas simples rocas? En la Terraza Yujing podré comer y beber de sobra. |