2022-07-12 13:03:35 +05:30

9 lines
1.3 KiB
Plaintext

Hoy ocurrió algo que tengo que anotar en mi diario: el joven amo se emborrachó.
En realidad, aún no tiene edad para beber. Como no sabe de estas cosas, debió de confundir el vaso de vino de su padre con alguna otra bebida...
Vi a lo lejos la silueta de alguien entrenando en el patio. Pensé que era el joven amo y, efectivamente, era él más ebrio que un bardo.
Me saludó con gran ánimo. De no ser por su cara toda roja, hubiera pensado que no le pasaba nada.
No es que sea raro emborracharse en una noche de verano, pero el joven amo aún es muy pequeño. ¿Cómo iba a quedarme de brazos cruzados?
Al principio, pensé en hacer como si no me hubiera dado cuenta. Tanto así que hasta iba a dar un rodeo para llevar las cosas al patio trasero y, así, ahorrarle la vergüenza.
Cuando acabé lo que tenía que hacer, el joven amo estaba tirado en las escaleras. Ay... Este chico... Es muy extraño verlo así.
Otro sirviente y yo lo llevamos a su habitación y le preparamos un poco de té y comida para ayudarle a pasar la resaca. Le oímos gritar “¡Papá, mamá!” y, aunque tenía los ojos cerrados, se veía muy contento. Supongo que estaría soñando con algo muy bueno.
Querido joven amo, aún es usted muy joven, ya tendrá tiempo para emborracharse en un futuro.