2022-04-24 14:49:08 +05:30

25 lines
2.0 KiB
Plaintext

Cuenta la leyenda que la piedra en bruto de este colgante de jade procede de una montaña sagrada largamente sellada.
Igual que una caracola estelar que, tras marcharse de la costa, sigue recordando el sonido de las olas, este colgante también
rememora el suave fluir del agua.
Hay un rumor que se suele escuchar en las posadas:
“Según las leyendas, el tesoro más valioso de los riachuelos montañosos es un pedazo de jade en bruto que puede hacer que llueva.
Cuando el mundo se sumió en el caos, los monstruos comenzaron a codiciar el poder de ese jade.
Entonces, la dueña de la montaña lo partió en varios pedazos de distintas formas para que resultara más engañoso a la vista.
Algunos pedazos los sumergió en ríos, otros los escondió en las montañas, y otros los dio como ofrendas en altares.
Según las leyendas del Valle Chenyu, estos jades han sido bendecidos por el contrato de un dios.
Sin embargo, aun después de tantos años, nadie ha sido capaz de encontrarlos...”.
La sacerdotisa siempre llevaba este colgante de jade con mucho cuidado.
Antes de marcharse, se lo mostró en secreto a una amiga suya poco refinada.
Le habló con total seriedad sobre la procedencia de los patrones decorativos del colgante, así como del antiguo contrato que los ancestros establecieron con un dios.
Sin embargo, su amiga estaba concentrada en machacar unas hierbas medicinales en un mortero y la ignoró por completo.
“Este ritual es el mismo todos los años. No sé cuántas veces te lo he dicho ya”.
“¿No dijiste que me invitarías a beber té? Pues ya hablaremos entonces”.
Pero lo que salió del agua no era lo que ella esperaba y, finalmente, desapareció en esas aguas...
En el presente, los artesanos del Puerto Yilong aún fabrican accesorios sencillos como este, y los comerciantes ambulantes
se acercan al oído estos exquisitos colgantes de jade, tal y como
se dice en las leyendas, para comprobar si, efectivamente, se escucha el suave golpeteo de la lluvia al caer sobre las rocas.