2022-04-24 14:49:08 +05:30

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Plaintext

Un recipiente duradero y a prueba de fugas.
La legendaria Cazadora solía usarlo para guardar los susurros que se escuchaban junto a las hogueras.
Una noche, percibió el olor de otro ser humano.
Como cazadora, no temía a las manadas de lobos ni a los monstruos.
Unirse a una charla junto a la hoguera era mucho más aterrador que enfrentarse a las bestias.
La Cazadora había olvidado hace mucho tiempo cómo hablar el lenguaje de los humanos.
Nadie le había escuchado nunca decir una sola palabra, ni siquiera después de aceptar convertirse en la Cazadora Verde Esmeralda.
Además, nunca dejaba rastro de nada.
Recogió las risas y charlas que escuchó esa noche y las guardó en su cantimplora.
Durante muchos años, cada vez que se sentía sola, solía escuchar las voces que salían de ella.