2022-04-24 14:49:08 +05:30

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Lo que fluye dentro de este reloj de arena no es arena normal, sino arena ardiente.
El tiempo, al igual que las arenas llameantes, fluye sin dejar rastro de su existencia.
Esta es la historia que ocurrió después de que el sabio viajara a través del Mare Jivari.
Se dice que pasó otros cien años viviendo como ermitaño.
Pero esta breve reclusión no pudo aliviar el tormento que lo quemaba.
El sabio aislado no pudo aguantar las llamas eternas, por lo que creó este reloj de arena.
Entre las llamas volcánicas, la arena escarlata fluía a través del reloj día tras día.
El pobre sabio no temía las llamas abrasadoras, pero no podía apagar el agobiante fuego del tiempo.
Ser abandonado por sus queridos discípulos y familiares fue ese amargo fuego que no pudo apagar.