2022-04-24 14:49:08 +05:30

6 lines
388 B
Plaintext

Una vez, cuando el Berserker aún no se había vuelto loco, empezó a caminar titubeante en el jardín de rosas.
Nunca tuvo una familia o amante, ni amigos en quien confiar.
Cuando no estaba en el campo de batalla, se dedicaba a cuidar con gran esmero de las frágiles flores de su jardín,
como si su color carmesí recubierto de espinas fuera el único calor al que pudiera aferrarse.