mirror of
https://github.com/Koko-boya/Grasscutter_Resources
synced 2024-01-31 23:23:19 +08:00
14 lines
3.0 KiB
Plaintext
14 lines
3.0 KiB
Plaintext
«El jade exiliado»
|
|
Al noroeste de la ciudad de Liyue, y más concretamente en un valle al sur de la Montaña Nantianmen, existen unas antiguas ruinas donde reina el silencio.
|
|
Entre todas ellas, existen unas a las que la gente de Liyue acostumbra llamar “Ruinas de Dunyu”, las cuales se dice que ya existían en la época de la Guerra de los Arcontes.
|
|
Según una antigua leyenda popular, el nombre de “Dunyu” significaba “lugar al que se exilió el jade”.
|
|
En una época muy remota en la que Rex Lapis ni siquiera había llegado a su juventud, un astro cayó en las tierras que había al oeste de Liyue. Tras el impacto, toda esa zona se convirtió en una sima gigante en la que, sin embargo, crecieron jade y otras piedras preciosas. Había tantos minerales en ella que, al final, se convirtió en el centro de la industria minera de todo Liyue.
|
|
Cuando el astro desconocido cayó, unos fragmentos se separaron de él y salieron despedidos hasta unas formaciones rocosas al norte de Lisha.
|
|
Como todo el mundo sabe, todos los minerales encierran un espíritu y una vitalidad en su interior. Durante un tiempo tan largo que ningún mortal podría llegar a concebir, dichos minerales escucharon y presenciaron a su propio ritmo el latido de las líneas ley, la reverberación de los manantiales y el lento pero firme movimiento de las escarpadas montañas.
|
|
Sin embargo, el astro caído del cielo era diferente. En comparación con las simples y robustas rocas de la tierra, él tenía un carácter arrogante e irascible.
|
|
|
|
Cuando los innumerables arcontes y reyes del mundo lucharon entre sí para reclamar el trono que, según ellos, les estaba predestinado, el cielo estrellado y aquella profunda sima perdieron todo su color, y las tragedias y calamidades detuvieron la respiración de las montañas y los ríos. El astro que cayó del firmamento no pudo soportar tantas perturbaciones, por lo que, ignorando el llamado de la Sima, huyó hacia el cielo.
|
|
Cuando el jade caído del firmamento regresó al cielo estrellado, dejó en la tierra un boquete muy profundo en el que la gente construyó ciudades y fortalezas. Reclamaron su soberanía sobre aquello que les había otorgado el astro y vivieron aislados del resto del mundo.
|
|
Durante los milenios de viento, nieve y caos que se sucedieron, las imponentes ciudades del valle de Dunyu se mantuvieron en pie. De hecho, hasta hace 500 años, estos asentamientos seguían teniendo contacto con el próspero Liyue.
|
|
Sin embargo, los oscuros desastres y desgracias originados en las profundidades de la sima hicieron que los pobladores de Dunyu no tuvieran más remedio que sellar sus ciudades, huir y dispersarse por todas partes. Nadie sabe por qué estos exiliados tuvieron que sellar su hogar, ni siquiera los Adeptus y los Yakshas, que tantas cosas han atestiguado en sus miles de años en este mundo.
|
|
Así pues, las ciudades y las fortalezas que fueron selladas se convirtieron en enormes tumbas y ruinas vacías a las que lo único que llegaba era el agua y el viento. Por ello, la gente de Liyue bautizó este lugar como “Ruinas de Dunyu”. |