2022-04-24 14:49:08 +05:30

22 lines
1.6 KiB
Plaintext

Originalmente, este fue un obsequio de unas amigas, y en él había un pequeño mundo interior.
Los manantiales de su interior nunca se secan, por lo que es perfecto como residencia temporal.
Ya que puede contener el reflejo de un sol y una luna, también puede contener un banco de peces.
Comparado con el ominoso destino de los Yakshas, ella se solía jactar de que tenía muy buena suerte.
Sin embargo, el precio por ser la heredera de este rito era no poder pisar la tierra en mucho tiempo.
En aquella época, el agua dulce que corría por la superficie de Liyue no era tanta como la que hay ahora.
Para ella, la ciudad portuaria bajo la montaña y los poemas que se escribían en las llanuras eran tan lejanos como un sueño.
Pero esa joven a la que no le gustaba ser molestada dijo que iba a marcharse con la taza de té.
Las cosas que decía sobre Liyue eran tan erróneas como los festivales carentes de etiqueta que se celebran en las aldeas.
Seguramente este viaje seguiría estando lleno de discusiones y molestias.
Ella sabía que a ambas les encantaba discutir, pero ninguna se atrevía a acercarse a una multitud.
Nunca más hubo unas Adeptus tan diminutas como ellas, que admiraban y temían al mismo tiempo el bullicio.
“Pero entre nosotras tenemos muchas promesas. Eso es algo bueno”,
pensó ella antes de marcharse.
“Seguro que el viaje será muy entretenido. Te podré presentar a un viejo amigo de ella”.
Al final, los braseros y los calderos de té dejaron de usarse, y la gente aprendió a hacer tazas de té.
Así, todo el mundo pasó a tener a disposición una luna llena en sus mesas y en sus manos.