2022-04-24 14:49:08 +05:30

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Todos los discípulos sabían que el estricto Instructor era una persona muy formal.
Pero uno o dos días a la semana se ponía una flor de color amarillo en el pecho.
Esto siempre le sacaba una sonrisa, lo que suponía un alivio para los estudiantes.
Aquel broche de flores amarillas que llevaba el Instructor significaba que los estudiantes podían tomarse un día libre e irse a casa.
Cuando los indisciplinados estudiantes se marchaban, el Instructor visitaba el calmo cementerio.
Tras un breve silencio, presentaba sus respetos a los familiares nombres tallados en la lápida.