Un reloj de sol hecho a partir de jade de la realeza. Persigue la luz del día en silencio. Incluso las rocas que se yerguen firmes desde tiempos inmemoriales se desmoronarán y se convertirán en polvo con el paso del tiempo. Dice la leyenda que una vez, el Rey Geo convirtió las constelaciones de la tierra en dispositivos para medir el tiempo para enseñarle a los ancestros humanos el valor de cada instante. Dice la leyenda que el reloj pasó de mano en mano por mucho tiempo, hasta que se convirtió en el tesoro de un joven erudito en ciernes. “Cuando era joven, estudiaba profusamente los textos clásicos con la intención de, algún día, dirigirme a Sumeru para alcanzar la sabiduría. Pero, al obtener este reloj de sol, jugué con él durante muchos días, por mucho tiempo, y no pude encontrar ni un defecto en él. Así fue cómo cambié de vocación para convertirme en un artesano y retar al maestro detrás de esta gran obra de ingeniería”.