Una flor que solo se abre en las llamas ardientes. El dolor llameante que causa vuelve más fuerte a su portador. La flor, roja como el fuego, brilla como un ágata reluciente. Esta flor llameante era un broche del Corredor de Lava. En sus últimos días, le dijo a la gente: “Esta es la flor que se abre en las llamas. Si el fuego aún no me ha convertido en cenizas, verán el resplandor de las brasas de esta flor a través de las llamas y el oscuro humo”. Entonces, la gente siguió la luz titilante hasta la orilla del Mare Jivari. Fueron recibidos por la flor abierta, pero el sabio no se encontraba por ningún lado.