El esplendor de los Cinco Kasen: Sumizome Analicé sus versos y descubrí que el poema plagiado no tenía su sello escarlata. Sumergí sus versos en las cristalinas aguas; y entonces la verdad quedó revelada. Las estrofas reales con el tiempo perduraron, mas las letras plagiadas sí se borraron. Aoi no Okina pasó a mi lado mientras buscaba inspiración; vio la escena e incluyó a Akahito en su nueva creación. Aunque la tormenta aún no ha escampado, la hora de presentar nuestros poemas a la Shogun ha llegado.