La búsqueda del conocimiento es una apuesta arriesgada. Ni siquiera una dedicación absoluta garantiza conseguir algo a cambio. La Erudita pasó la mitad de su vida enterrada en infinitas investigaciones, notas y cálculos matemáticos. Al no encontrar respuestas, una vez dudó y cuestionó su propia carrera, lo que le hizo perder un tiempo muy valioso. Su vista, muy aguda en el pasado, también se cansó debido a la lectura intensiva. Y, aun así, la respuesta que esperaba encontrar nunca llegó.